04 Mar Flores y Chocolates
El mes anterior celebramos el día de San Valentín y sin duda es bonito recibir flores, tarjetas, chocolates, salir a cenar y compartir con esa persona tan significativa en nuestras vidas. Y que tal si practicamos tener esa actitud amorosa más seguido. En vez de esperar ese día para darnos todos esos regalos, podemos adicionar calidez y dulzura en las interacciones con nuestros seres queridos con más frecuencia.
Podemos regalar flores en forma de cumplidos elaborados con honestidad, aprecio y el reconocimiento de aquellas características que apreciamos de quienes nos rodean. Podemos darle tonalidades de alegría a los momentos compartidos invitando a la genuina escucha, la atención plena, el buen humor, la aceptación y claro el Amor en cada encuentro.
Es muy común que en medio de los ires y venires de la vida, pasemos por alto el expresar lo que encontramos positivo o lo que sentimos por los otros. Así que practiquemos la expresión del sentir a través de palabras, gestos, apoyo, notas, no es necesario gastar dinero para hacer sentir a nuestros seres queridos lo importantes que son en nuestras vidas. Te sorprendería saber lo importante que esto es en las relaciones.
Otro aspecto de gran importancia y frecuentemente olvidado es el amor hacia nosotros mismos. A menudo es mucha la energía que se invierte en complacer a los otros, en suplir las necesidades de quienes queremos, al punto que caemos en una actitud negligente hacia nosotros mismos. Y aquí vamos más allá de la tendencia de la mente a categorizar. No se trata de que ser generoso es bueno y ser egoísta es malo. Más bien todo se trata de un balance donde puedan co-existir de manera balanceada nuestra capacidad de dar a los demás con nuestra habilidad para darnos a nosotros mismos.
Así que la invitación es a mantener la atención en nuestra experiencia interna generando espacios en los que nos regalemos aquello que el corazón necesita. El auto-cuidado es más que regalarse un masaje, salir a un buen restaurante o darse un paseo. Se trata de descansar cuando el cuerpo nos lo pide, de no exigirnos perfección cuando somos naturalmente imperfectos, de tomar tiempo para hacer algo que disfrutamos sin dejar que la culpa se apodere de nosotros, solicitar ayuda cuando la necesitamos en vez de agobiarnos con exceso de cargas, aceptar quienes somos y tener paciencia con nosotros mismos y nuestros procesos de cambio, ser impecables con las palabras que usamos hacia nosotros mismos en nuestros diálogos internos.
Tomando cuidado de nuestro mundo interno creamos una mejor realidad externa. Empieza a enamorarte de ti mismo (a) hoy.